DITZ en Madrid: ruido, caos y post post-punk en la Sala El Sol

Ayer la Sala El Sol de Madrid se convirtió en un torbellino sonoro con la llegada de DITZ, la banda de Brighton que está redefiniendo los límites del post-punk, noise y art-punk. Sin teloneros ni preámbulos, los británicos arrancaron la noche con un pogo autoinducido, un torrente de ruido y un baño de vino tinto para el público de primera fila. Todo en apenas unos minutos.
DITZ demostraron por qué su sonido es tan difícil de encasillar. Post post-punk, dicen ellos mismos. Una etiqueta que, lejos de ser una broma, captura perfectamente su combinación de brutalidad sónica, letras angustiantes y una puesta en escena caótica pero cautivadora.
El público: mayoritariamente masculino y extranjero
Desde las 20:50, la sala empezó a llenarse con un público compuesto en su mayoría por hombres de 30 años en adelante. Muchos de ellos extranjeros y con merch de la banda, lo que indicaba que DITZ ya ha cultivado una base de seguidores fieles más allá del Reino Unido.
Para las 21:15, cuando la banda salió al escenario, el público ya estaba ansioso, y en cuanto sonaron los primeros acordes, la sala se convirtió en un campo de batalla.
Vino, luces y pogos desde el minuto uno
El frontman Cal Francis apareció con una botella de vino Cune en la mano, de la que bebió un trago antes de verterlo sobre dos personas del público. Sin más ceremonias, la banda atacó con Taxi Man, un tema que generó pogos instantáneos y que marcó el tono de la noche: ruido, distorsión y un público en ebullición.
Las luces, con predominio de azules, rojas y amarillas, acompañaron perfectamente la intensidad del sonido de la banda. Sin proyecciones ni efectos especiales, DITZ dejaron claro que lo suyo es la experiencia sonora pura.

Un setlist demoledor
Aunque DITZ no hablaron mucho con el público, su energía en escena fue suficiente para mantener la conexión. El setlist se basó en una mezcla equilibrada de sus dos discos, con especial protagonismo para su más reciente trabajo, Never Exhale.
Canciones más coreadas y pogueadas:
- Taxi Man
- Four
- The Body As a Structure
Uno de los momentos más destacados fue la separación de la pista en cuatro grupos distintos, provocada por la propia banda, que desembocó en dos pogos simultáneos que acabaron fusionándose en uno solo.
El bajista y el guitarrista destacaron especialmente, mientras que el batería mantuvo un ritmo aplastante durante toda la noche. Cal Francis, por su parte, oscilaba entre la intensidad y la desconexión, con momentos en los que parecía perdido en su propio escenario, lo que restó algo de fuerza a su presencia.
Momentos destacados y accidentes controlados
- Intento fallido de domar un altavoz: En un arrebato de performance punk, Cal intentó apoyarse en un altavoz, casi tirándolo al suelo.
- Tensión constante: La sensación de estar en un concierto de DITZ es como esperar el colapso en cualquier momento, una tensión que casa perfectamente con la temática de Never Exhale.
- Crowdsurfing y entrega física: A pesar de no tener una gran interacción verbal con el público, la banda se involucró físicamente en la actuación, provocando el pogo inicial y bajando a tocar entre la gente.

Calidad de sonido y producción visual
- Sonido: Excelente. No hubo fallos técnicos, y el balance entre instrumentos y voz fue impecable.
- Iluminación: Sencilla pero efectiva, con un juego de luces frías y agresivas que encajaban con la atmósfera del show.
- Proyecciones: Ninguna. Todo el peso recayó en la intensidad de la banda y la respuesta del público.
Un concierto sólido, pero con margen de mejora
DITZ ofrecieron un concierto potente y ruidoso, aunque su presencia en el escenario podría haber sido más impactante. El público respondió con entusiasmo, y la banda supo alimentar esa energía, pero hubo momentos en los que Cal Francis parecía desconectado, lo que restó algo de impacto a la experiencia.
Puntos fuertes:
- Gran calidad de sonido.
- Setlist potente y bien equilibrado.
- Público entregado desde el minuto uno.
- Momentos caóticos y destacados, como la división del pogo en cuatro partes.
Puntos a mejorar:
- Mayor presencia escénica por parte del vocalista.
- Interacción más cercana con el público.

¿Merece la pena ver a DITZ en directo? Sí, pero con expectativas realistas. Si lo que buscas es un concierto donde la música hable por sí sola, DITZ es una apuesta segura. Pero si esperas una presencia escénica arrolladora, puede que te quedes con ganas de más.
- Puntuación final: 6/10
- Recomendación: Ir con la mente abierta y ganas de disfrutar del sonido más que de la puesta en escena.
- ¿Volveremos a verlos en directo? Seguramente sí. Su sonido sigue evolucionando y, con algo más de presencia en el escenario, DITZ podría convertirse en una banda imprescindible de la escena post post-punk.
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Redacción: Arthur Leonardo
Fotografía: Arthur Leonardo
Acreditación: Primavera Sound