Mark Knopfler: La estrella que renunció a serlo

25.01.2025

Es abril de 2018. Dire Straits entra al Rock and Roll Hall of Fame. Pero falta alguien. No está Mark Knopfler, el hombre que dio voz, sonido y alma a la banda. Mientras sus excompañeros reciben el honor, él ha decidido no asistir. Es un gesto coherente con la filosofía que ha guiado su vida en los últimos años: ser libre de las exigencias del estrellato. Knopfler ya había cerrado el capítulo de Dire Straits hacía mucho tiempo.

Esta ausencia es solo una de las muchas singularidades de su carrera. En una industria que idolatra la fama, él es el hombre que la rechazó para seguir su propio camino.

Una biografía de contrastes

La historia de Mark Knopfler ha sido retomada en el libro El Sultán del Swing, escrito por Peter Redwhite (seudónimo de Pablo Sánchez García). Es una obra que mezcla realidad, ficción y vivencias personales, una apuesta original que intenta profundizar en la compleja personalidad de Knopfler.

El libro recorre los momentos decisivos de su carrera, desde su ascenso esplendoroso con Dire Straits hasta su retirada voluntaria de los focos. Redwhite refleja cómo el músico vivió el peso de la fama y cómo, en lugar de sucumbir, decidió reconstruirse lejos de los escenarios masivos.

El camino del anti-rockstar

Mark Knopfler es un caso raro en el rock. No empezó joven: el primer disco de Dire Straits salió cuando tenía 29 años, en plena era del punk, con bandas derribando las tradiciones del rock. Knopfler apareció con música que bebía de influencias clásicas como J.J. Cale, Hank Marvin y Peter Green. Desde ese momento, todo en su carrera sería excepcional.

La banda creció rápidamente gracias a éxitos como Sultans of Swing, pero nunca hubo una intención de hacer música comercial. Álbunes como Making Movies o Love Over Gold tenían una profundidad artística inusual, rock con folk y blues.

El precio de la gloria

Con Brothers in Arms (1985), Dire Straits se convirtió en una banda masiva. La gira mundial fue un éxito monumental, pero también un punto de agotamiento para Knopfler. "Cada victoria tiene un gusto agridulce", confesó en una entrevista. La presión era inmensa, y las tensiones internas llevaron al grupo a una primera separación en 1988.

Dire Straits se reunió en 1991 para lanzar "On Every Street". Sin embargo, la gira de este álbum terminó siendo una experiencia tóxica. Knopfler lo describiría como el momento en que decidió enterrar a la banda para siempre.

Renacimiento en solitario

Tras el final de Dire Straits, Knopfler tomó una decisión drástica: abandonar el estrellato. Redujo sus conciertos, cambió su sonido y comenzó a crear música más íntima, inspirada en sus raíces folk. La guitarra acústica y la Les Paul se convirtieron en sus nuevas aliadas. Al mismo tiempo, perfeccionó su voz y se enfocó en escribir letras más profundas.

Su discografía en solitario, con álbumes como Sailing to Philadelphia o Shangri-La, se ha transformado en una carrera artística madura y libre. Ha publicado nueve discos de estudio y girado con una frecuencia de más de 80 conciertos al año, dejando atrás los grandes estadios y el repertorio de Dire Straits.

Hoy, con 75 años, Mark Knopfler se mantiene fiel a sí mismo. Ya no es el sultán del swing que llenaba estadios, pero ha construido algo más valioso: una vida artística fiel a sí mismo. En sus conciertos actuales, apenas toca tres o cuatro temas de Dire Straits, y ha dejado de lado los grandes éxitos como Money for Nothing.

En cada nota de sus canciones, aún brilla el hombre detrás del mito.


Redacción: Ethan López