Vinilos: ¿coleccionismo o postureo?

El vinilo ha vuelto a girar, literalmente. En un mundo dominado por el streaming, el resurgimiento de este formato físico plantea una pregunta inevitable: ¿es un verdadero renacimiento del coleccionismo o una moda pasajera como postureo? Con las ventas de vinilos alcanzando cifras similares a las de principios de los 90, exploramos las motivaciones detrás de este fenómeno y la cultura que lo rodea.
Datos y contexto
Según el Anuario SGAE, el vinilo generó 35 millones de euros en España en 2023, superando al CD y posicionándose como el formato físico más vendido. A pesar de ello, representa solo el 12% de los ingresos totales de la música grabada, con el streaming acaparando la mayor parte del mercado.
Este crecimiento ha coincidido con el interés renovado de los jóvenes, que ahora son grandes consumidores de vinilos de artistas contemporáneos como Olivia Rodrigo y Taylor Swift, tal como comenta Dani de Marilians, dueño de una de las tiendas más populares de Madrid.
¿Por qué comprar vinilos en plena era digital?
El vinilo ofrece algo que el streaming no puede: una experiencia táctil y visual. La portada, el libreto, y el acto de colocar el disco en el plato crean una conexión emocional con la música. Carlos Elías, guitarrista de Alcalá Norte, destaca cómo los vinilos permiten apreciar mejor el arte gráfico y la narrativa detrás de cada álbum.
Muchos aficionados aseguran que el vinilo suena mejor, siempre que se disponga de un buen equipo de reproducción. Rubén Gutiérrez, de Fundación SGAE, menciona la importancia de tener un buen amplificador y un tocadiscos de calidad, aunque Jaime Barbosa, también de Alcalá Norte, prefiere valorar los vinilos por su diseño y no tanto por su calidad sonora.

Para algunos, el vinilo evoca una época en la que la música se disfrutaba de manera más pausada y consciente. Aunque esta nostalgia no siempre viene de los más veteranos: muchos jóvenes ven en el vinilo una forma de conectarse con un pasado que no vivieron.
¿Coleccionismo o postureo?
Es inevitable preguntarse si este boom es genuino o una tendencia superficial.

Para los verdaderos coleccionistas, como Carlos Elías, el vinilo es un tesoro. Su colección incluye joyas de Audioslave y ediciones limitadas de Fontaines DC. Para ellos, cada vinilo tiene una historia y un valor sentimental que va más allá de lo material.
Por otro lado, hay quienes compran vinilos sin tener un tocadiscos. Según Dani de Marilians, el Record Store Day se ha convertido en un fenómeno masivo, atrayendo tanto a melómanos como a compradores casuales que buscan un elemento decorativo o un símbolo de estatus.

Más rápido, pero exigente
A diferencia de épocas anteriores, hoy fabricar un vinilo lleva unos dos meses, aunque los procesos varían según la cantidad. Esto ha facilitado que bandas como Alcalá Norte lancen sus propios discos, como su exitoso LP debut que agotó su primera tirada de 300 copias en una semana.
El vinilo como objeto cultural
El vinilo no es solo un formato de música; es un objeto cultural. Su tamaño y diseño lo convierten en una pieza de arte visual, mientras que su sonido analógico invita a redescubrir la música de una forma más íntima y pausada. Aunque el streaming sigue dominando, el vinilo ha encontrado su lugar como un complemento perfecto, un símbolo de resistencia frente a la inmediatez digital.

El resurgimiento del vinilo probablemente sea una mezcla de coleccionismo auténtico y postureo estético, y eso no tiene por qué ser negativo. Mientras algunos disfrutan del vinilo como una conexión emocional con la música, otros lo adoptan como un elemento de estilo de vida. Sea cual sea la motivación, lo importante es que la música sigue siendo el centro de la experiencia.
¿Eres de los que aman el vinilo por su sonido, por su estética o simplemente por seguir la moda? Déjanos tus comentarios y comparte tu experiencia con este formato.
Redacción: Ethan López